Hacia las 7 de la mañana ya nos despertó el patrón de un velero francés diciéndonos que habíamos anclado encima de su cadena y esta se había enganchado. Medio dormidos fuimos a ver que pasaba y no éramos nosotros los que teníamos el ancla encima sino otro barco, aún así los estuvimos ayudando y después de todo ni se disculparon ni nos dieron las gracias...
El plan para hoy era regresar a la Isla de Poros donde ya estuvimos el primer día (excepto el barco capitaneado por Chano) y de esta manera el Bavaria 44 podría reparar un problema con el enrollador que tuvieron. Fuimos navegando hasta allí con un viento portante de fuerza 4 y 5 acompañado de fuertes rachas al principio.
Cuando ya estábamos llegando a Poros todavía soplaba bastante viento y al enrollar el génoba rompimos una pieza del enrollador, así que amarramos en Poros y el servicio técnico nos lo pudo arreglar durante el día. Mientras, aprovechamos para pasear y bañarnos dentro del puerto (son puertos naturales y con el agua muy limpia) Por la tarde fuimos a la cala de al lado para fondear y pasar la noche allí.
Ya de noche cenamos y nos reunimos luego en uno de los barcos. Era la última noche antes de volver al puerto de partida y el mar estaba como un plato.
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