miércoles, 3 de agosto de 2011

Viaje en velero por Croacia 2011




Este artículo del viaje a Croacia fue redactado por Davi Jiménez en su blog http://www.djimenez.es/?p=14 (solamente me he tomado la libertad de cambiar algunas fotos y eliminar algún parrafo).

VIAJE EXPEDITIVO POR CROACIA CON 3 VELEROS ORGANIZADO POR ITACANAUTIC:

La semana pasada volvimos de un viaje en velero a Croacia. La verdad es que no tenemos experiencia alguna en el mar y tampoco conocíamos a ninguna de las personas con las cuales íbamos a convivir durante una semana. Se puede decir que era el típico viaje decidido a última hora y eso me hizo dudar e incluso plantearme si debíamos ir.
Nada más lejos de la realidad: los compañeros de viaje perfectos, el país maravilloso y la experiencia de ir en barco genial.
Cogimos un vuelo hacía Dubrovnik, Croacia de la compañía vueling el martes 17/05/2011. El vuelo desde el Prat costó 360€ ida y vuelta dos personas e incluía dos equipajes.
En las siguientes imágenes se puede observar el casco antiguo de Dubrovnik desde el aire y algunas de las islas por las que luego navegaríamos:


Una vez aterrizamos, cambiamos algo de dinero (la moneda Croata cuesta de encontrar en España al no tener suficiente liquidez). El cambio fue de 1€ = 7Kunas. Nos vino a buscar un autobús ya que eramos 20 personas. Ida y vuelta, el coste fue de 9€ por persona y el trayecto de unos 30 minutos desde el aeropuerto hasta la marina (http://www.aci-club.hr/).
En la marina procedimos a hacer el check-in y dejar las maletas en el barco. El barco que alquilamos fue un Bavaria 38. El coste del alquiler por persona fue de 250€ por persona y 7 días. Para poder alquilar el barco se debe depositar una fianza de 1500€ mediante tarjeta.



Una vez dejadas las maletas y asignados los camarotes, fuimos a dar una vuelta por el casco antiguo de Dubrovnik. El viaje en autobús desde la marina cuesta 1,2€ y dura 15 minutos.
Aunque llegamos ya de noche, pudimos hacer una primera incursión a Dubrovnik. En líneas generales, la ciudad está bien cuidada y limpia. En la mayoría de casos, se observan edificios con una parte antigua conservada y otra nueva rehabilitada (se supone que por efectos de la guerra). Esa noche fuimos a cenar a un restaurante con precios Europeos(30€) y vino blanco bastante malo.





Al día siguiente, emprendimos el viaje cruzando la marina y el puerto hasta salir a mar abierto. Allí tuvimos que esperar a uno de los barcos a que repostara. El día se planteaba tranquilo y con viento de cara hacía el rumbo que debíamos seguir. El Capi nos indicó las nociones básicas para ayudar a virar y hacer bordos y abrimos velas.




El día transcurrió tranquilo hasta llegar la tarde. A partir de las 18:00, el tiempo cambió de forma rápida empezando a llover y tronar. Aunque la velocidad del viento no era excesiva (12 nudos), para gente sin experiencia como Foix y yo, nos impresionó la fuerza del mar y lo rápido que se puede poner la cosa fea allí fuera. Lucas y Luís nos aclararon más tarde que en las costas catalanas y valencianas la mar suele ser mucho más dura que en Croacia.






Sobre las 20:30 llegamos a Polace en la isla de Mljet después de haber navegado unas 36 millas náuticas (66,7Km). En la aproximación a la isla pude llevar el timón del barco un rato a motor y comprobé la respuesta lenta del barco a las reacciones del timón. Polace es un pequeño pueblo con apenas un pequeño supermercado y 4 restaurantes con amarradero. Es importante que al amarrar en cualquier restaurante negociéis previamente el precio de la comida y el amarre. No hace falta acotar un precio fijo pero por lo menos un rango (En el caso de Pomena, nos soplaron 50€ por ir de novatos).




Al día siguiente decidimos ir a dar una vuelta por el parque natural de Mljet. Para ello cogimos unos tickets que dan derecho a un bus que te lleva al lago Veliko Jezero, un barco que te lleva a ver el monasterio de Santa Maria en un islote en medio del lago y otro bus de vuelta a Polace. El coste del ticket era de 12€ y, para mi sorpresa, el monasterio contaba con un ¿Restaurante? Desde mi punto de vista, vale más la pena hacer un pequeño trek hasta el lago (3Km.) y después pasear por los caminos de alrededor. También hay servicio de alquiler de bicis por doquier.



Hacia las 12 del mediodía partimos hacia nuestro nuevo destino: Korcula, no sin antes fondear un momento para hacer un baño en unas aguas absolutamente transparentes.



Ese viaje fue el que más disfrutaron los navegantes. Llegamos a un viento de 28 nudos, una velocidad de 12 y un ángulo de escora que calculo sería sobre los 50 o 60º. Hubo un momento que el capitán decidió reducir la mayor por que íbamos algo “pasados”.  A la llegada al puerto de Korcula, vimos una imagen algo surrealista, un windsurfer surfeando al lado de un enorme crucero en medio de dos islas. La verdad es que nos sorprendió la valentía / temeridad de ese surfero.





La ciudad de Korcula es una villa con todos los servicios, incluido marina. El coste de amarrar en la marina fue de 60€ (nosotros contábamos 20!). Cuenta con duchas, agua, electricidad y wifi (user: aci pass: marina). El pueblo es encantador y es un placer recorrer sus pequeñas calles. Existe una especie de torreón al lado del mar donde sirven cócteles (Gin-Tonic 6€) y se puede disfrutar de una maravillosa puesta de sol. El centro cuenta con bastantes restaurantes donde elegir de todo tipo de presupuestos. En nuestro caso, pagamos 25€ por una cena bastante completa.


De vuelta hacia el barco, intentamos tomar una copa pero nos encontramos con todos los pubs medio vacíos / cerrados. Así pues, continuamos la fiesta en uno de los barcos donde Xavier “Camomile” (una verdadera enciclopedia con patas de chistes) amenizó la velada.

Al amanecer Álex, Xavier y Carlos decidieron hacer unas canastas en una pista que habían montado en la marina para un torneo 3×3. Una vez comprado todo lo necesario y repostada el agua, procedimos a continuar el viaje hacia Prigradica, no sin antes fondear para hacer otro baño.




Durante el trayecto, Roger y David hicieron gala de sus habilidades de navegación teniendo un pequeño pique de haber quien desventaba a quien.





Al día siguiente nos dirigimos hacia la isla de Lastovo. Durante la travesía, pasamos entre algunos pequeños islotes y vimos antiguos bunkers. Nuestra intención era pasar la noche en el pueblo de Ubli (ferry, servicio de agua y electricidad), pero decidimos dar una vuelta por alrededor de la isla en barco y encontramos un antiguo puerto militar abandonado con amarre y absolutamente precioso. Decidimos amarrar los barcos en paralelo (ni idea de la palabra técnica que utilizó Capi y Roger) y el invento salió bien aunque con algo de dificultad.




Por la tarde, fuimos a pie hacia Pasadur (Hotel Solitudo, 1Km desde el puerto militar y 3Km desde Ubli) para comprar algo de pan. Existe una pequeña tienda en el hotel con lo básico (muy básico). Esa noche decidimos utilizar las patatas y los huevos que nos quedaban para hacernos nostros mismos el menú de la cena: Tortilla de Patatas y Patatas a lo pobre. Mención especial para Foix como cocinera.





Por la mañana, Roger planteó una carrera de botes auxiliares entre las tres tripulaciones que resultó con todos en el agua. Como apunte curioso, antes de empezar la carrera, se cruzó una serpiente por todos los botes a modo de pistoletazo de salida. Cerca de nuestros veleros, había un gran barco Italiano que nos sirvió de “meta”. Podéis imaginaros la cara del Italiano al ver 15 personas en 3 botes remando como locos y acercándose a su barco. ¡Al abordaje! Gritó alguno….








Una vez acabó la carrera, procedimos a seguir con nuestro viaje de vuelta hacia Okuklje (Isla de Mljet). Durante ese día, el mar estuvo calmado y tiramos todo el día de motor. Me sorprendí y tranquilizó cuando me comentaron la larga autonomía del barco a motor (200 millas).Aprovechando la calma algunos aprovechamos para leer un poco y descansar del esfuerzo de la mañana.







Okuklje es un pequeño pueblo con 4 restaurantes con amarradero propio. No hay supermercado y no nos pareció ver sitio donde coger agua ni electricidad. Tiene una pequeña iglesia a lo alto de la montaña que merece la pena visitar por las vistas hacia la bahía.



Esa noche cenamos en el restaurante “Porto camara” donde nos enseñaron a un feliz y lustroso bogavante de 5 años de edad. El menú fue bueno aunque algo frugal. Fue compensado en parte por las maravillosas vistas desde el restaurante y la puesta en escena. Como punto curioso, el propietario se jactaba de decirnos que el rey (Juan Carlos) había ido a cenar todos los días allí durante su estancia en Mljet. Ni idea si era verdad.



A la mañana siguiente decidimos hacer una foto de grupo. Arriba de izquierda a derecha: Luis, David, Jesús , Lucas, Kevin, Xavi, Isabel, Antxon, Carlos, Xavi “Camomile” y Toni. Abajo de izquierda a derecha: Tomás, Colin, Chano, Álex, Foix, David, Josep, Susana y Roger.
Ese día emprendimos el último día de navegación hacia Dubrovnik. El día transcurrió tranquilo, pasando por algún pueblo de costa con encanto. Llegando ya hacia Dubrovnik, encontramos unos simpáticos delfines que nos alegraron el día, nadando curiosos al lado de la proa y haciendo alguna pirueta.




Hacia las 17:00 llegamos a Dubrovnik y decidimos navegar por el puerto del casco antiguo para poder ver la ciudad desde un punto de vista diferente al habitual.





Una vez llegados a la marina, repostamos gasoil y fuimos hacia el amarre. Como nota curiosa comentar que los surtidores de la marina no tenían sistema de paro cuando el tanque está lleno. En el amarre hicieron un Check-out básico y nos comentaron que al día siguiente vendría un buzo para verificar más de cerca el casco. Cuando finalizaron la verificación, cogimos un bus hacia Dubrovnik para realizar, ahora si, una visita con más calma.

La parte antigua de la ciudad consta de una parte principal turística(cercana al puerto) y de una intricada red de pequeñas callejuelas y plazas hacia la parte de la muralla. En la parte comercial, existen multitud de tiendas de coral rojo y restaurantes por doquier. Muchos de los visitantes que nos encontramos eran “cruceristas”.

Nosotros decidimos en primera instancia, dar un paseo por la parte de la muralla. En general, las calles están bien cuidadas y limpias. En ningún momento tuvimos sensación de inseguridad ni vimos “malas pintas”.




Una vez llegados a la muralla, si se sigue su perímetro, se puede acceder a una terraza en los acantilados de la ciudad donde se puede disfrutar de una copa, buenas vistas e incluso un baño. Otra opción para ver Dubrovnik, es acceder a la colina que precede la ciudad mediante un teleférico. Nosotros no pudimos hacerlo debido al poco tiempo que disponíamos.



Aquella misma noche, cena de rigor (35€) y algunos decidieron seguir la fiesta en un pub y algunos decidimos ir a dormir para estar descansados al día siguiente. Remarcar, que pactamos con la empresa de alquiler de botes, el poder utilizar el barco como alojamiento para esa noche y así evitar tener que pagar hotel.
Al día siguiente, poco más que hacer las maletas y subirnos al bus de vuelta hacia el aeropuerto. El conductor, tuvo el detalle de parar en una zona elevada de la carretera donde poder tomar unas fotos aéreas de la ciudad.



Y de vuelta a Barcelona, cruce de teléfonos, despedidas y abrazos.
Como punto final, solo comentar algunas cosas que tendré en cuenta para este tipo de viajes:
- Llevar un inversor 12 DC / 230 (30€) y ladrón (2€) pequeños. Ninguno de nuestros veleros lo llevaba y hubiera sido perfecto para cargar las cámaras.
- No te fíes de los indicadores de combustible y agua del barco. En el check in dile que te indiquen como mirarlo de forma manual mediante nivel y revisarlos a lo largo de la travesía. Hay que revisar también los niveles de batería de vez en cuando.
- Que te indiquen todos los cuadros de mando del barco y su función (Interruptores generales, automáticos e diferenciales). Los barcos que alquilamos no llevaban manual de instrucciones.
- Que te indiquen donde está ubicado el sensor sonar del barco y que te informen de la profundidad de “choque”.
- Negocia y fija el rango de precios antes de contratar cualquier servicio.
- En líneas generales, el vino en Croacia me pareció caro y de gusto demasiado diferente al que estoy acostumbrado. La cerveza era barata y de buen sabor.



 Artículo de viaje escrito por David Jiménez (arriba).
 Grácias David por este magnífico reportaje.















... y el próximo año nos vamos a Grecia.

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