DÍA 6:
Dejamos Hermúpolis por la mañana y pusimos rumbo Norte costeando para todo seguido poner rumbo Oeste hasta la Isla de Kithnos. Fue un día casi con viento nulo y el mar estaba como un plato.
Después de unas cuantas millas nos fuimos hasta Kolona, una estrecha playa que tiene mar por los dos mares y que termina en lo que parece una isla sino fuera porque esta playa la une a tierra. Este mágico lugar está coronado por una hermosa y pequeña iglesia. En la isla se ha de ir con cuidado de no pegarse un buen susto ya que está bastante llena de pequeñas serpientes.
Un lugar perfecto donde pudimos fondear tranquilamente ya que a un lado u otro estábamos bien protegidos de viento y mar.
Esta isla esconde sus secretos, como algunos manantiales de agua caliente junto al mar.
Después de disfrutar la tarde nadando y paseando, unos cuantos nos venimos después de cenar aquí y estuvimos tres horas atontados mirando el cielo, charlando y riendo un buen rato sumergidos bajo el agua caliente. Era la última noche que fondeábamos y había que aprovecharla, a la mañana siguiente ya nos tocaba poner rumbo Norte para finalizar el viaje en velero...
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