domingo, 31 de marzo de 2013

Turquía a vela (de Bodrum a Fethiye)

TURQUÍA A VELA (DE BODRUM A FETHIYE)


DÍA 1:

Junio del 2013, meses atrás habíamos preparado en Itacadventure un viaje con dos veleros navegando de Bodrum hasta Fethiye. Esta vez seriamos 13 personas de las que dos de ellas venían directamente de Argentina para este viaje y el resto vascos, madrileños y catalanes (... y no es un chiste). Teníamos que volar primero hasta Istambul, así que aprovechamos para pasar algunos días visitando esa maravillosa ciudad. 

A pesar de coincidir en fecha con la revuelta turca, estos primeros días no notamos absolutamente nada anormal, eso sí, estábamos alojados en el barrio de Sultanhamet, lejos de la plaza donde se concentraba el jaleo.



De la capital volamos hasta Bodrum y allí nos encontramos con un turístico aunque bonito pueblo turco. El pueblo ocupa dos bahías divididas por un pequeño saliente donde se eleva un majestuoso castillo. Una de las bahías está prácticamente toda ocupada por su puerto repleto de goletas y veleros donde teníamos preparados para nosotros dos veleros: un Bavaria 44 y un Jeanneau Sun Odissey 36. 



Dedicamos este día a los preparativos; papeleo, comprar comida, familiarizarnos con los veleros y estibarlo todo bien. Luego nos quedó todavía un buen rato para visitar Bodrum y finalmente nos reunimos en una terraza del puerto donde hicimos la "presentación oficial de todos nosotros" y comentamos los detalles de este viaje que teníamos por delante.



Cayó la noche y cenamos una deliciosa comida turca en esta misma terraza. Después fuimos a pasear para hacer bajar la comida y terminamos en la playa de Bodrum donde está lleno de bares para tomar algo o fumar la Shisha (pipa de agua).

Después de este largo día fuimos ya a dormir a los veleros ya que al día siguiente por fin zarpábamos rumbo Sur. 


2º DÍA:

Hoy teníamos previsto ir rumbo Sur hasta las ruinas de Knidos, para ello teníamos que cruzar el Golfo de Gökova con una distancia de unas 25 millas. 




Al principio el viento era suave pero a medida que nos alejábamos de Bodrum fue subiendo de intensidad, sobretodo al pasar junto a la isla griega de Kos (es complicado visitar las islas griegas por temas burocráticos navegando con un barco de bandera turca) donde empezó a soplar un viento con rachas de más de 30 nudos, así que rápidamente rizamos (enrollar parte de la vela para reducir su superficie y poder controlar mejor el barco) la vela mayor.


Al cabo de unas horas llegamos ya a Knidos, una antigua ciudad en ruinas fundada por los Dorios del Peleponeso donde destaca su antiguo teatro junto al mar. 





Este enclave es un lugar muy curioso, ya que parte de la ciudad estaba en una isla hoy unida a tierra por un estrecho y corto istmo. A cada lado de este istmo hay un pequeño puerto (el lado Oeste tiene una entrada muy angosta y con poca profundidad y es solo para algunas pocas pequeñas embarcaciones de pesca). En el otro lado lo único que hay es un restaurante y un largo pantalán donde amarrar.





Pasamos la tarde relajados y paseando por este lugar. Además, el tiempo nos acompañaba y estábamos bien protegidos del viento. 




Por la noche cenamos en la terraza del restaurante y luego pasamos un buen rato tomando algo en el barco. 



Esta primera etapa era una de las más cortas del viaje pero bien había valido la pena pasar una noche aquí. Para el día siguiente teníamos previsto navegar hacia el Este hasta el fondo del Golfo de Hisaronu. 


3º DÍA:


Estábamos tan bien en este lugar que daba un poco de pereza abandonarlo. Después de desayunar y bañarnos tranquilamente dejamos el barco a punto para navegar y nos pusimos manos a la obra.




Zarpamos por la mañana y pusimos rumbo Este hacia el interior del Golfo de Hisaronu. Fue una navegada tranquila pero muy placentera; mar plana, Sol, brisa suave y una buena temperatura. Estuvimos siempre siguiendo la costa con un viento suave pero que soplaba de través o por la aleta. Al Sur divisábamos la Isla griega de Rodhes y algunas otras más pequeñas.





Después de unas cuantas horas navegadas tiramos el ancla en una bonita playa resguardada del viento. Allí aprovechamos para bañarnos y preparar la comida. (En los viajes nos vamos turnando para cocinar, limpiar y recoger. A veces hay alguien quien prefiere limpiar y no cocinar o a la inversa, todo esto nunca es un problema y si lo es; tiramos al individuo/a en cuestión por la borda junto a los tiburones y problema solucionado). 




Después de comer y relajarnos un buen rato nos pusimos  a navegar de nuevo con un viento fantástico de fuerza 2-3. La bahía se iba estrechando y el paisaje era realmente bonito a un lado y al otro. La verdad es que fue un día perfecto para navegar a vela.







Ya llegando a destino (Orhaniye) el viento se fue apagando ya que estábamos rodeados de montañas, aún así apuramos a navegar con las velas puestas hasta el último momento. La llegada fue espectacular, pasando muy lentamente por un realmente estrecho paso entre la costa y un pequeño islote curiosamente lleno de conejos. En la bahía había un Club Náutico pero nos decidimos por atracar en un pantalán (pasarela flotante) propiedad de un restaurante. 



Aquí nuestros compañeros del Blue Sky atracando junto a nosotros.


El secreto para una buena maniobra de atraque: mucha calma y buen humor!


Impresionantes las vistas desde el barco cuando caía el Sol viendo cambiar el color de las montañas que rodeaban la bahía.




Ya por la noche cenamos en el restaurante junto al pantalán (a parte de ser lo única edificación que había allí, si cenas allí el amarre es gratuito). Disfrutamos de una buena cena para celebrar un día espectacular.



4º DÍA:

Se presentaba un día tranquilo, poco viento y pocas millas a recorrer, así que nos lo tomamos con calma. Mientras unos se daban un paseo por tierra firme otras disfrutaban de un baño en la calita junto al pantalán.



Salimos a navegar rumbo Oeste con una brisa bastante suave, pero debido a las cercanas montañas, el viento se canalizaba y subía repentinamente con bastante intensidad. Fuimos navegando entre la costa y varios islotes que habían a su lado, eran pasos estrechos de unos 500 metros como mucho. 

En el mapa podréis ver lo accidentado de la zona y como navegábamos entre los islotes:








Más tarde fondeamos al lado de un islote justo antes de entrar en la bahía de Bozburun. Un bonito lugar y bien resguardado del viento. 

En Turquía cuando fondeas en un lugar medianamente concurrido enseguida se acerca una barquita para venderte pan del día, pescado o bien un auténtica gorrita turca como la que compró nuestro compañero argentino Gaspar.





Después de bañarnos y comer fuimos  al pueblo de Bozburun para comprar algunas provisiones ya que hasta ahora no habíamos parado en ningún lugar con una sola tienda.



Después de embarcar las provisiones nos dirigíamos a dar la vuelta al cabo para dormir en la cara Sur de la península, donde una bahía muy cerrada nos daría un refugio ideal para pasar la noche.

Antes de llegar todavía nos quedaban unas cuantas millas con vientos suaves y una muy buena compañía ya que "secuestramos" a algunos tripulantes del otro velero.









Al final se nos cayó el tiempo encima (un poco expresamente, ya que se estaba realmente bien navegando a vela de esta manera tan relajada) y tuvimos que quitar velas y poner el motor en marcha.


El fondeo no fue fácil precisamente; colocamos los dos veleros abarloados (uno al lado del otro)  y tiramos las anclas por proa. Por popa atamos unas amarras a las rocas que habían en tierra con la dificultad de hacer la maniobra de noche y con unas amarras un poco cortas en las que las tienes que ir atando con varios nudos...

Después cenamos en los barcos y no tardamos mucho en ir a dormir ya que queríamos zarpar al día siguiente antes de que saliera el Sol porque nos esperaba un día muy largo con muchas millas por delante y una excursión fluvial y terrestre que habíamos planeado.





5º DÍA:

Nos despertamos que todavía era de noche y fuimos con la barca auxiliar y sus remos para retirar todas las amarras de las rocas. 




Salimos de la bahía sin nada de viento pero pudimos disfrutar de un fantástico amanecer.







No subía el viento así que seguimos navegando a motor rumbo Este durante las siguientes horas. Al cabo de unas tres horas notamos que el motor se ahogaba y enseguida lo paramos. Miramos a ver si encontrábamos el problema y no veíamos nada, me tiré al agua para ver si había algún plástico que tapaba la refrigeración o algo que bloqueaba la hélice y todo parecía estar bien. 

Sin saber que más revisar arrancamos el motor de nuevo y en un principio todo iba bien hasta que al cabo de un buen rato volvió a bajar de revoluciones. Volvimos a parar el motor antes que se parase por si sólo y con la ayuda de nuestros compañeros del otro velero nos pasaron un cabo para remolcarnos hasta Marmaris, ya que estábamos muy cerca de allí. 

Mientras llamé al personal de mantenimiento de los barcos y me comentaron que mirara la llave de paso de gasoil para emergencias... y zas! estaba cerrada, sin querer alguien le dio un golpecito y esta como tiene un sistema tipo muelle se cerró de golpe. Lo curioso es que la llave del Bavaria se encuentra en un camarote de popa que hacia tres horas que no entraba nadie... bueno, por suerte descubrimos a tiempo esta misteriosa "avería" y ya que estábamos entrando en la bahía aprovechamos para visitarla.





Valió la pena visitar este lugar, el pueblo de Marmaris visto desde el mar se veía bastante turístico pero su bahía tenía rincones muy tranquilos y bonitos que realmente daban ganas de quedarse más tiempo.

Era un día largo y todavía teníamos bastantes millas por delante y queríamos visitar el Delta de Dalyan y las espectaculares tumbas de los reyes lidios talladas en la roca.

Para ello fuimos a un cercano puerto desde donde alquilamos una barca con capitán para que nos adentrara por el río.








Recorrimos unas dos millas antes de entrar en el delta. Allí habían muchísimas barcas que hacían la ruta por la zona. Pudimos ver la reserva que había de tortugas marinas.






Finalmente llegamos a las impresionantes tumbas esculpidas en la montaña.


Luego subimos a un carromato que nos llevó a otras ruinas y nos dejó junto a una pasarela donde esperamos a que viniera la barca para llevarnos a nuestros veleros de nuevo.








Llegamos al puerto que por cierto estaba en este fantástico enclave bajo el peñón y estaba todo construido con mucho encanto.





Luego partimos rumbo Sur hacia la bahía de Bodrum donde teníamos pensado pasar la noche. 



Al entrar  en la Bahía de Bodrum (con decenas de islotes y rincones protegidos donde amarrar o fondear) la noche se nos cayó encima y fuimos ya plegando las velas.


Pasamos por este estrecho paso y enseguida llegamos al pantalán que tenía el restaurante donde cenamos y pasamos la noche.



Había sido un día realmente largo y estábamos todos bastante cansados. Por suerte nos esperaban dos días mucho más tranquilos para relajarnos y disfrutar de esta maravillosa bahía y sus alrededores.


6º DÍA:


Después del día anterior larguísimo, nos tomamos este día con mucha calma, así que desayunamos tranquilamente y nos bañamos por la mañana junto al amarre de los barcos. La verdad es que era un rincón idílico.







Después zarpamos y nos dirigimos a travesar la bahía rumbo Sur, al principio no hacía viento así que fuimos un rato a motor hasta que empezó a soplar un poco el viento.





Al otro lado de la bahía encontramos una de las mejores playas que hay en la zona, Eso sí, no pudimos entrar con el velero.  Así que mejor que muestre una foto aérea que no hicimos nosotros.



Luego pasamos por la isla de Gemiler, donde habían muchas ruinas y un chico con una neumática nos aconsejó un buen rincón donde fondear y nos echó una mano llevándonos las amarras de popa hasta las rocas para todo seguido abarloar (poner un barco junto a otro) los barcos.





Después de pasar muy buen rato nos dirigimos de nuevo a la bahía con una suave brisa.




Al final nos quedamos navegando hasta que cayó el Sol para luego fondear junto a un islote de la bahía de Fethiye.





Como podéis ver, la bahía de Fethiye está lleno de rincones donde fondear y de pequeños islotes donde resguardarse a sotavento (la parte que no le toca el viento). Aquí veréis la ruta que seguimos:









Al día siguiente nos esperaba el último día de navegación con una corta travesía hasta Fethiye donde devolveríamos el barco por la tarde. 


7º y 8 DÍA:

Por la mañana, tras el desayuno hicimos la ya III Edición de la Chinchorros Race, una regata en la que más o menos vale todo excepto usar los remos. Esta vez estuvo muy disputada y no faltó la polémica. 


Momentos de concentración antes de la salida:







El equipo contrario (altamente manipulado por su "trainer") celebrando la victoria mientras que pensaban (obviamente de manera equivocada) que habían ganado!


Después de la ceremonia de trofeos levamos el ancla y fuimos a navegar por la bahía para descubrir otros rincones e islotes que no conocíamos todavía. Como no hacía nada de viento al principio fuimos a motor.





Luego paramos una milla más allá de donde habíamos pasado la noche para fondear a una playa que fue elegida hace unos años como la mejor de Europa.

Allí nos bañamos, comimos, fuimos a pasear un poco por la playa,... No estuvo mal para despedirnos de este viaje en velero.







Es bastante normal que en Turquía te vengan a traer el pan, tortas recién hechas, etc. en el barco.



Esto si que es un buen Team:







Después de comer empezó a subir el viento y zarpamos rumbo a Fethiye, donde tuvimos una travesía estupenda con viento de través (lateral):








Después de la primera noche en Bodrum, esta es la ruta aproximada que realizamos:



Ya al llegar nos hicimos la foto de grupo de rigor:



Luego hicimos la cena de despedida y al día siguiente algunos aprovechamos para visitar un poco más Istambul antes de regresar a casa.











Y aquí termina esta crónica de otro de los viajes que hemos hecho en Itacadventure en velero por el Mediterráneo. 




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